Un nuevo galardón para el Museo de la Casa del Boyero

Bajando de la cordillera volcánica central hacia las llanuras del cantón de San Carlos, justo donde estas colindan con el Parque Nacional Juan Castro Blanco, está Venecia. Y no es casualidad que esté allí, pues quienes llegaron a poblar ese rincón de nuestro país buscaban condiciones idóneas para asentarse, crecer y desarrollarse como comunidad. Con el tiempo, las actividades económicas que practicaron no solamente contribuyeron a su subsistencia, sino que se convirtieron en iconos del lugar. Sin lugar a dudas, una de esas actividades es la del boyeo, que es actualmente Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Las yuntas, o parejas de bueyes y las carretas fueron las principales protagonistas del nacimiento de la comunidad de Venecia. Las mujeres y hombres, gente campesina esforzada y visionaria, levantaron el pueblo con sus propias manos a inicios de la segunda década del siglo pasado. Desde entonces el pueblo es reconocido como un lugar donde se mantienen vivas las costumbres y se comparten con las nuevas generaciones. Tal es el caso del Museo de la Casa del Boyero (MCB), una iniciativa que comenzó como idea de los boyeros de más edad y experiencia y que dio pie al nacimiento de una asociación comunitaria sin fines de lucro que heredó la iniciativa del proyecto museológico.

La junta directiva de esa asociación fue quién puso manos a la obra desde 2014, con la intención de conseguir apoyo del Ministerio de Cultura y Juventud, quién atendió el llamado a través del Programa de Museos Regionales y Comunitarios del Museo Nacional de Costa Rica para asesorar, capacitar y brindar el acompañamiento a lo largo del proyecto. Seis años después, el trabajo museológico especializado del Programa, de la mano con la comunidad y las buenas alianzas con otras instituciones como la Universidad Nacional, el INA y la Universidad de Costa Rica, han llevado el sueño de la comunidad veneciana por un viaje desde su decreto de creación hace casi 5 años, hasta el actual proceso del proyecto constructivo de la futura sede del museo. Dicho edificio no solo ofrecerá exposiciones que ilustren la historia del boyeo y la carreta a nivel nacional, sino que será un sitio de resguardo de las tradiciones culinarias, sociales y agrícolas de la zona. Un lugar para que el conocimiento y la historia estén al alcance de todos, nacionales e internacionales.

El tenaz trabajo de los que están detrás del MCB por mantener viva la actividad del boyeo no es poco y rinde frutos constantemente. Sus esfuerzos incluyen: el desarrollo de desfiles de boyeros, convivios de boyeros de representación nacional, la documentación del conocimiento que posee la gente sobre la actividad y su historia, el interés por el vocabulario, la vestimenta, las herramientas, las carretas y todo sobre su estilo de vida.

Es por eso que hoy pueden celebrar un logro más al haber recibido el prestigioso Premio Nacional al Patrimonio Cultural Inmaterial Emilia Prieto Tugores 2020. Este reconocimiento a la salvaguardia de tan importante manifestación cultural se acompaña de un incentivo económico, aportados por el Centro de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura y Juventud. La dote económica servirá para costear los requisitos que se deben presentar al Instituto de Desarrollo Rural, INDER, quienes brindarán recursos para iniciar la construcción de la infraestructura. Los estudios de suelos, estudios topográficos y el desarrollo de planos son parte de esos requisitos.

Así pues, una vez más la comunidad de Venecia puede sentirse orgullosa del trabajo conjunto que realizan en pro de la protección de las tradiciones relacionadas al boyeo y la carreta, y celebrar el nuevo capítulo que comienza gracias a este triunfo materializado en el Premio Emilia Prieto 2020.